BATERÍA:
Podría decir que para este disco busqué forzar influencias que, aunque ya tenía, no había tenido la oportunidad de sacar a escena. A mí me gustan muchos bateristas, y raro es aquél que escucho y no me dice nada o me hace aprender algo de él, pero digamos que mis influencias básicas son pocas y las principales se pueden contar con el dedo índice de una mano. Podría dedicarle un blog entero a este tema, así que me ceñiré a las tres influencias que más trabajé para conseguir el mejor resultado posible dentro de lo que buscábamos con este disco.
El primero y esencial fue Sonny Payne, un señor negro y bajito con un gusto y carisma excepcionales y con una potencia asombrosa, incluso en dinámicas muy bajas. Uno de los swings más pa'lante que se pueden encontrar, con la fantástica habilidad de no perder el sitio nunca. Lo pueden escuchar en cualquier disco de Count Basie y en varios de Frank Sinatra.
El segundo fue Ringo Starr, aunque a éste si lo nombro muy a menudo y lo tengo en todas mi oraciones. Los que me conocen saben que no me gustan los Beatles. No tengo nada en contra de ellos y, aunque mataría a McCartney con mis propias manos si tuviera la oportunidad, no los odio particularmente. Simplemente no me gustan. No sé, me da la sensación de que sólo a los Beatles les puede pasar algo así. No obstante, Ringo Starr es uno de los mejores bateristas de la historia. Con diferencia, además. Y muchos diréis, "¡pero si no toca una mierda!". Pues imaginaos lo bueno que es que sin tocar una mierda es uno de los mejores. Algo así como Figo, que sabiendo hacer un solo regate ganó todo lo que ganó. Me encanta su musicalidad, como cantan sus timbales, su layback y su manejo del charles. Podría poner muchos links a muchas canciones de los Beatles para que las escucharais y os convencierais, pero creo que su influencia en general y en este disco en particular se resume en estas dos:
El tercero es un tipo poco conocido pero que ha dejado una huella imborrable en mí y confío que en mucha otra gente. Se trata de Matt Johnson, el baterista del Grace de Jeff Buckley. Una bestia con un sentido de la polirritmia asombroso y un gusto construyendo que ya le gustaría a muchos. No tiene un curriculum muy extenso y es el típico batera que nadie menciona en sus listas, pero siempre hace que al escuchar su nombre se te escape un sentido "¡joder, ya ves!". Va por usted, caballero. No sé cuántas veces habré intentado imitar esto desde que lo escuché:
Otro dato/frikada que me gustaría compartir es que durante un mes antes de la grabación estuve todos los días tocando única y exclusivamente el plato de swing durante, como poco, una hora al día. O sea, esto:
¿Por qué? Porque esto es la base de la música que hacemos y si no consigo hacerlo a la vez que me cepillo los dientes, no me meto en un estudio a grabarlo :D
Y eso es básicamente todo lo que quería compartir sobre las baterías. Os espero en la próxima entrega, donde os contaré más curiosidades y frikadas (que las hay) sobre la mezcla del disco.
- Nano
No hay comentarios:
Publicar un comentario